jueves, 8 de mayo de 2008

El Ipod I

Cuando perdí mi celular agüitó más el hecho de perder los datos que el aparato en sí, como ya lo había dicho antes un tiempo acostumbraba a tener celulares más “sofisticados” pero no soy bueno cuidándolos, soy fan de tener “Gadgets” no tengo más porque no tengo más dinero pero soy apasionado de los aparatos electrónicos con lucecitas que prenden y apagan y pantallas y botoncitos y todo… bueno, por eso tengo el negocio que tengo.

Uno de mis aparatos favoritos es mi IPod, nunca creí que me iba a hacer tan dependiente de él como lo soy ahora… maldito IPod y al hablar de mi IPod me tengo que remitir irremediablemente a la historia de mi primer reproductor de audio portátil… o al menos el que yo recuerdo y de ahí parte mi gusto y oficio en el sonido.

Cuando yo estaba en primero de primaria vinieron unos tíos del gabacho y mi tía me regaló un radio portátil azul de los transformers… solo era radio y lo que más recuerdo de ese radio es cuando mi tía me lo dio me dijo: “¿se oye en español?”… digo… era un radio, las estaciones que se escuchaban eran las estaciones guarras de aquí de Tepic obviamente en español, como buen niño presumido y lucido que he sido siempre una vez se me ocurrió llevarmelo a la escuela y ahí mi maestra Olimpia me lo confiscó… Ahora que pienso en retrospectiva…¡eso fue robó! y esa fue la breve historia de mi radio de los transformers que acabó en un viejo archivero de madera de la primaria Fernando Montaño.

Mi segundo reproductor personal fue del que más aprendí… acabó mal como todos pero ese sí me costó literalmente sudor y sangre derramada en el arduo trabajo que tuve que realizar para obtener el dinero para pagar mi primer walkman reproductor y grabadora de casetes. No recuerdo en que año fue esto, pero todo empezó en Zacapu, Michoacán, que es el pueblo donde viven mis abuelos paternos, ahí una vez llegó mi tía Ana presumiéndonos un walkman Sony que grababa casetes y puso un concierto del Divo de Juárez, lo había grabado en un palenque, y según recuerdo pues se oía muy bien, desde ahí decidí que yo también quería un aparato para captar los sonidos que el mundo me ofrecía y de esa manera emprender desde pequeño el oficio que ahora me convirtió en un hombre productivo… bueno, la verdad no decidí nada, solo se me ocurrió que yo también quería uno igual y ya, para andar faroleando porque no tengo la menor idea de que pensaba grabar. Ya en Tepic una vecina nos platicó que se iba a Estados Unidos, clásico vecino que te avisa a ver si no encargas algo, yo les había pedido la grabadora a mis papás pero me dijeron que si la quería se la encargara a Maye, la vecina, y claro que trabajara y la comprara con mi dinero, pues así lo hice, específicamente le pedí un walkan de cualquier marca con la única condición de que grabara casetes la primera ya estaba, el pedido, faltaba la segunda y más complicada: El Trabajo. La solución a este asunto fue familiar y sencilla, irme a trabajar al taller de mi abuelo, en Ciudad Mante, Tamaulipas.

(Sí, además de un rancho y unos bueyes mi abuelo tiene un taller te torno y rectificaciones… y también lo tiene lleno de bueyes). Pues total que ahí voy, mi chamba era de chalan, bajo el resplandeciente sol veraniego de Ciudad Mante hacía lo que mi tío Pepe (que era el gerente) me dijera (ahí está el sudor porque aparte ahí hace un calor de la fregada en verano), un día que mi tío Pepe dijo que recogiera una rebabas y las subiera a la camioneta, la rebabas son como unas tiras de metal que quedan de las rectificaciones, algunas son largas, angostas y cortantes, no me fijé y una de ellas cortó mi epidermis dejando al descubierto las capas de grasa que existen entre la dermis y la epidermis, justo a punto de cortar mi vena (ahí estuvo la sangre)…


Lo bueno de eso es que me dieron el resto del día por el accidente de trabajo, cuando por fin llegó el día de pago mi tío me dio un solo billete: $50,000 pesos. Por una semana de arduo trabajo.

A los días regresé a Tepic a concretar la compra-venta de mi primer walkman grabador, no recuerdo la marca, recuerdo a mi mamá, mi papá, la vecina y yo sentados en el comedor de mi casa, hablando de negocios internacionales, importación de artículos electrónicos y la paridad del dólar frente al peso… en otras palabras, nos platicó que compró el walkman en un mall se lo trajo sin empaque para pasarlo por la aduana sin pagar impuestos y pues hablamos de a como estaba el dólar para ver cuanto le debía… la cuenta fue nada más y nada menos que a $80,000 pesos, las nociones básicas de matemáticas que tenía en aquella época me revelaron una triste realidad: 80,000 menos 50,000 son 30,000 justo el dinero que me hacía falta para pagar el aparato importado… no puedo describir en este momento la sensación de tristeza e impotencia que sentí, ¡¡todo ese sudor, esas heridas en mi cuerpo, la diligencia que siempre mostré para hacer lo que me correspondía y hacerlo bien durante toda una semana no habían sido suficientes para comprar un mugre walkman con grabadora!!... en ese momento aprendí dos cosas… una que lo papás reconocen el esfuerzo de los hijos y los ayudan a lograr sus metas, dos, que mi papá me iba a estar malcriando desde entonces y hasta la fecha, jejejeje. El ingeniero obviamente pagó la diferencia de los 30,000 y el dragoncito trabajador obtuvo su tan anhelado walkman con grabadora.

¿Y en que acabó? Para cuando yo tuve ese walkman ya empezaba a despedazar aparatos para “aprender electrónica” y mi grabadora portátil importada de $80,000 entregó su vida funcional a la investigación… solo funcionaba con baterías y yo sabía que que se podía conectar a la corriente eléctrica, pero no sabía bien como. Un día me encontré un cable con un conector que entraba en orificio indicado para el eliminador de baterías, lo enchufé y… se quemó… tronó, le salió humo, se achicharró el plástico y quedó inservible, pero yo aprendí sobra la corriente directa y la corriente alterna. Esa fue una clase de $80,000 pesos moneda nacional.

FIN DE LA PRIMERA PARTE


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye dragoncito, tengo la ligera sospecha que le erraste a la profesion, deberias de haber sido cuentista, esta bueno el cuento del walkman, se parece a las cronicas de nardia
jijiji valga la comparación, de las sensaciones y el trabajo mal renumerado del siglo plasado

esta fenomenal....

Amy dijo...

brother... tan re divertidas tus anécdotas, son las historias q nunca supe de mi hermano. jajajaja malcriado!!!! hijo de papi!!!! ves q no soy la única???? y tu otra hermana tmb, a la de madre y padre comunes me refiero

:P