miércoles, 25 de febrero de 2009

El que da y quita... con el diablo se desquita.

No me había dado cuenta, pero he escrito 150 entradas a este blog... lo cual no representa nada de nada, pero me di cuenta ahorita que iba a empezar a escribir esta que estan por leer.

Ya sé que los he tenido muy abandonados, pero es que tuve un episodio de vida muy pesado, estresado que no me permitía inspirarme lo suficiente como para escribir algo que valiera la pena leer.

Bueno, la cosa es que antes y después de este evento ya antes mencionado, han sucedido muchas cosas relacionadas, situaciones que me han hecho descubrir cosas que yo nunca me imaginé y una de ellas pasó hoy, a continuación mi relato.

Todos hemos oido hablar de las famosas mesas de regalo, como usuario les puedo decir que son la onda, primero te dan un lector de codigo de barras con el que marcas todo aquel regalo que se te antoje, por un momento vives la bella ilusión de creer que "alguién" te va a regalar una pantalla de plasma de 42" de $35,000 o un refrigerador duplex, que hace cubitos de hielo de $25,000 o una lavadora-secadora en 1 con sistema de vapor e IDE system 4.1 de $15,000 (¿se fijan como aprendí de electródomesticos?) pero no, la verdad es que todos tus invitados y parientes son piojos como tu y a lo mucho te van a regalar una licuadora de $1,000 pesos... pero bueno, soñar no cuesta nada y ya con el aparato en la mano marca uno hasta una refrigerador especial para vino.

Me estoy desviando, la mesa de regalos sirve para que guies a tus invitados sobre cosas que realmente necesitas y quieres, claro, que también son de tu agrado y asi eviten regalarte cosas que cuando las ves no sabes exactamente que son o para que sirven como lo podría ser un arreglo de frutas de plástico ochentero, aparte si las compras son hechas en la tienda puedes regresar lo que no te guste o esté repetido (cosa que es muy util cuando recibes dos sabanas del mismo color, marca y tamaño).

Pero lo más padre de tener una mesa de regalos es que te dan un númerito, ese número se lo pasas a todos tus amigos y conocidos y de todo lo que ellos compran a ti te regalan el 10% en un monedero electrónico, al que compra no le cuesta, es un regalo de la tienda hacia quien celebra algo.

Ejemplo: Vamos a suponer que ustedes compran un refrigerador de $11,500 en... digámos... SEARS, bueno, tu puedes no dar mi número y no pasa nada, pagas los $11,500 y te llevas tu refrigerador, o también das el númerito y entonces a mi SEARS me va a regalar en monedero electrónico $1,000 (es el 10% pero antes del IVA) esto es solo por tener la mesa de regalos, pero a ti no te cuesta, igual pagas tus $11,500 y te llevas tu refrigerador... ¡que padre ¿no?! quedas bien, regalas algo y no gastas... bueno, como ya me quiero ir a mi casa iré al grano: hoy una señora que había comprado el mendigo refirgerador le pidió a mi vieja que si "por favor" le dabamos la parte que le corresponde de su refrigerador... que porque ella necesitaba el dinero y vio en SEARS algo que tiene que comprar, asi que amablemente le dijo: "mija, caite con lo que yo había aportado".

Cuando me lo dijo me quedé anonado, impactado, en shock, ¡neta que no lo podía creer! ¡o sea, creo que eso es peor que si me hubieran dicho: "Oye Ángel, regresame la plancha que te regalé porque necesito lana..." las palabras que surgieron de mi boca fueron: mendiga gente corriente.

Y asi pienso, y por eso cuando a mi me inviten a las bodas compraré cosas de la mesa de regalos, porque eso que me hicieron... ¡es una canallada!